31 de diciembre de 2008

ALGO ADENTRO

"¿Va a estar bien tío Jorge?", preguntó Marcos cuandosus padres lo recogieron en la casa de su abuela. Ellos habían ido al hospital tan pronto se enteraron del accidente del tío Jorge.
"No estamos seguros todavía, pero por lo menos está estable por ahora", contestó el papá cansado.
"Vamos a casa para descansar un poco. Nos van a llamar si algo cambia".
"Bueno, yo no lo entiendo", declaró Marcos, al subir al auto. "Tío Jorge es un cristiano, pero, ¿qué diferencia hizo eso? Dios permitió que ese conductor borracho de todas maneras le chocara", frunció el ceño. "Oh, yo sé que si se muere va a ir al cielo", añadió con impaciencia. "Pero el ser cristiano no detuvo el accidente. Así que, ¿qué diferencia hace ahora?"
"Bueno, hace una gran diferencia, hijo", comenzó a decir mamá, pero Marcos simplemente miró con ceño mientras sus padres trataban de explicar lo ocurrido.
Cuando llegaron a la casa, Marcos se dió cuenta de una caja sobre la mesa de la cocina. "¿Qué hay en la caja?", preguntó.
"Es un aplastador de latas", respondió la mamá. "Supuestamente es para hacer del reciclaje algo un poco más fácil. Vamos a probarlo".
Marcos abrió la caja y leyeron las instrucciones. Luego tomó unas cuantas latas vacías, las puso en su lugar, y empujó la palanca del aplastador de latas.
"¡Mira! ¡Funciona maravillosamente!", dijo.
"Prueba ésta", sugirió el papá, dándole otra lata.
Marcos lo miró confundido cuando sintió su peso, pero empujó la palanca de todas maneras. "No puedo aplastar ésta, está llena", le respondió.
El papá sonrió. "Creo que lo que sucedió a las latas nos demuestra la diferencia que hace el ser cristiano, aunque cosas malas aun te sigan ocurriendo", dijo. Alzó una lata aplastada. "Las personas que no conocen a Jesús, a menudo son como esta lata", le dijo. "Ellos pueden ser aplastados fácilmente cuando los tiempos malos vienen. En cambio..." el papá alzó la lata llena. "Los cristianos deben ser así. Efesios 5:18 dice que debemos estar llenos del Espíritu Santo, tenemos el poder del Espíritu de Dios dentro de nosotros. Aunque los tiempos malos nos hundan, no seremos aplastados por ellos".




Es fácil confiar en Dios cuando todo va bien, pero, ¿qué haces cuando suceden cosas difíciles? La próxima vez que un problema trate de aplastarte, escoge confiar en Jesús. Deja que su fuerza te mantenga a flote. Si eres cristiano, no estás vacío, tienes a Jesús por dentro.

1 comentarios:

David dijo...

Amén!

Feliz Año!