24 de diciembre de 2008

la intima adoracion



No solo es útil entender por qué y cómo adoramos a Dios, sino también lo que ocurre cuando adoramos a Dios. Adorar, el acto de dar libremente amor a Dios y El forma y moldea cada una de las actividades de la vida cristiana.

Después de empezar las reuniones caseras, observé que había momentos durante la reunión generalmente cuando cantábamos, en los que experimentaba a Dios profundamente. Entonábamos cánticos pero especialmente de adoración o testimonios de algún hermano. Pero ocasionalmente entonábamos un canto personal e íntimo para Jesús, con letras como “Te amo Jesús”. Esos tipos de cantos avivaban y nutrían el hambre que sentíamos por Dios.

Fue en ese tiempo, cuando empecé a preguntarme por qué parecía que algunas canciones encendían una chispa dentro de nosotros mientras que otras no. En las conversaciones sobre adoración, con otros hermanos me di cuenta de que a menudo cantábamos sobre adorar pero casi nunca adorábamos excepto cuando accidentalmente “tropezábamos” con canciones íntimas como «Te amo Señor» y «Levanto mi voz». De esta forma empezamos a notar la diferencia entre cantos sobre Jesús y cantos para Jesús.

Durante ese tiempo cuando “tropezábamos” colectivamente a la hora de adorar, era porque muchos de nosotros también adorábamos en casa, a solas. Durante estos tiempos solitarios no necesariamente cantábamos, sino que nos doblegábamos, nos arrodillábamos, levantábamos nuestras manos, y orábamos espontáneamente en el Espíritu —algunas veces con oraciones verbales, en otras con oraciones no verbales, e incluso oraciones en las que no se utilizaban las palabras. Observe que a medida que se profundiza en nuestra adoración individual, más hambre de Dios experimentábamos cuando nos reunimos.
Así que aprendí que lo que ocurre cuando estamos solos con el Señor determina la intimidad y la profundidad de nuestra adoración colectiva.

1 comentarios:

David dijo...

Amén.

Un adorador lo debe ser en todas partes, no sólo sobre un escenario con un micro o un instrumento en la mano. Debe serlo, sobre todo a solas, en la intimidad, cuando nadie le ve, cara a cara con el Señor. Y como dice el Señor, cuando le buscamos en lo secreto, Él nos recompensa en público.

La gente que, por costumbre, sólo adora en un escenario, me crea dudas sobre su verdadera motivación. Espero que todos nosotros tengamos una vida de adoración a Dios sana, sincera, humilde y diaria.

Besos!!