22 de diciembre de 2008

DIOS TE PROTEJE DE TI MISMO

Hola!!
¿Habrá alguien por aquí? ;)

Sal.141

Una vez más el salmista clamando en oración!! Que ejemplo.

La primera descripción que da de su enemigo es : ¨Pon guarda a mi boca, oh Jehová¨este es el principal temor de David, que sus labios se desvíen a cosas malas y su corazón se incline al mal. En otros Salmos David le pide a Dios protección de sus enemigos, y de circustancias de la vida que le pueden perturbar, pero casi en todos los Salmos el principal enemigo que podemos ver es el propio pecado.

David reconoce que necesita de la intervención de Dios para alejarse del mal ¨Que el justo me castigue será un favor, y que me reprenda será un escelente bálsamo¨ Él lo pudo comprobar, cuando el profeta Natán se le acercó con una clara exhortación. El Señor nos ha provisto de hermanos que Él usa para que no nos perdamos, a diferencia de los que no tienen quien les reprendan, que siguen su própio camino, camino de destrucción. Bueno eres tu Señor!!!

La conclusión de David es simple pero no simplista, ¨Por tanto a ti , oh Jehová , Señor, miran mis ojos¨

Señor: Hazme consciente de la grabedad de mi propio pecado, como David te ruego Señor, que mi corazón no se incline hacia el mal, y que mis ojos estén puestos en ti, para que tu sigas formando a tu hijo en mi.

Muchos besitos y abrazos!!

3 comentarios:

Sarai dijo...

améeeeeeeeeeeeeeeen! : )



un petonarruuu tieetaaaa(L)

David dijo...

Amén!!!

Creo que cada vez Dios me está mostrando más claramente que dependo de Él.

ültimamente siento la lejanía y cercanía de Él más real... no sé cómo explicarlo, como más automático, como si fuera realmente la comida física.

Si al mediodía no como, todo mi cuerpo lo nota enseguida, no puedo pasar muchas horas sin comer sin que salte alguna alarma en mi cuerpo.

Siempre decimos que la palabra y la presencia de Dios es nuestro alimento espiritual, pero podemos pasar días sin leerla sin que nos salte ninguna alarma, no es tan rápido como el alimento físico. Pero yo noto que cada día más, dependo de ese alimento, noto más rápido su ausencia, y su presencia me satisface más que antes... será la edad ¿?

No sé, pero me gusta sentir esa dependencia más estrecha del Señor. Si no estuviéramos cerca de Él podríamos caer en cualquier pecado, por bestia que ahora nos parezca. Si nos mantenemos en el camino de la santidad es porque Él nos echa una mano cada día y nos mantiene.

Gracias Señor!

Antonio dijo...

David,¿estas enfermo?, como dices que te saltan alarmas y tal; alguien dijo el que amas esta enfermo.

Daos cuenta del lenguaje sencillo que emplearon estas mujares, su fe era sencilla.

"El que amas". No dijeron "el que te ama" o "el que te cree" o "el que te sirve", sino"El que Tu amas"

Por naturaleza somos orgullosos y tenemos alto concepto de nosotros mismos. Pocas son las personas que no miran con superioridad a otras y si presumen de que no"son como los otros hombres". El lecho de enfermedad puede ser un poderoso domador de tales pensamientos y sentimientos que nos fuerce a reconocer la verdad de que todos somos pobres gusanos, que "vivimos en casas de barro" y que "somos quebrantados por la polilla"(Job 4:19). A la vista del féretro y de la tumba no resulta fácil ser orgulloso. Sin duda alguna, cualquier cosa que nos enseñe esta lección, es buena.
A menudo se evidencia más gracia en la mera inmovilidad del enfermo que en el ir y venir de los cristianos sanos. El Señor cuida de sus hijos tanto en la enfermedad como en la salud; la prueba de la enfermedad, que a veces el creyente sufre tan dolorosamente, ha sido enviada con amor y no por enojo.
Puede llegar el día cuando despues de una larga lucha con la enfermedad, nos demos cuenta de que las medicinas ya no surten efecto y la muerte es cierta. Junto al lecho estarán nuestros familiares y amigos, pero nada podran hacer para ayudarnos. Menguará rapidamente nuestra capacidad auditiva i visual, e incluso nuestra fuerza para la oración; el mundo con sus sombras se disolverá a nuestros pies y las realidades de la eternidad se irán levantando delante de nuestras mentes.